miércoles, 12 de junio de 2013

Cuba y la Serie del Caribe. Sueños de beisbol y libertad

Pasaron más de 50 años, pero Cuba regresa a la Serie del Caribe. A pesar de las trabas, los desacuerdos y las presiones,  del rollo político y la lucha de intereses, los cubanos regresan a casa.
Así lo confirmaron Higinio Vélez, Comisionado Nacional de Beisbol de aquel país y Juan Francisco Puello Herrera, Presidente  de la Confederación de Beisbol del Caribe.
Nos hubiera gustado más que dicho anuncio se hubiera dado hace un año, cuando mexicanos y venezolanos pusieron en la mesa la incursión de Cuba para Hermosillo 2013. En aquella ocasión trascendió que dominicanos y puertorriqueños se opusieron.
Ahora las cosas fueron distintas. Se llegó a un acuerdo sobre el monto de dinero que debían depositar los cubanos para poder participar, del cual no se mencionó el monto, pero se aclaró una reducción en el mismo para facilitar la inscripción de una liga que es semiprofesional. Incluso se abrió la posibilidad para que la Isla sea anfitriona en un futuro próximo del clásico caribeño.
Se despejó también la duda de quién será el representante de los recién llegados. El ganador de la final entre Villa Clara y Matanzas estará presente en Margarita 2014, en Venezuela.
Queda más que claro que ayudó mucho la buena relación que existe entre autoridades de ambos países, luego de lo sembrado entre el recién fallecido Hugo Chávez y el sempiterno Fidel Castro. Lo venían cacareando autoridades venezolanas, José Grasso Vecchio, Presidente de la LVBP en 2012 y varios colegas sudamericanos.
Es un tema en el que el beisbol sale ganando: ganan los cubanos que por fin podrán medir fuerzas de manera anual a nivel de clubes, en un fogueo internacional vital, ante su anquilosada estructura deportiva. Gana la Serie del Caribe, pues a pesar de sus envejecidos métodos, Cuba siempre será Cuba en el beisbol. Ganan los equipos de la Confederación, porque podrán competir con un rival histórico. Gana la Serie Nacional en la Isla, que poco a poco intenta abrirse a nuevos conceptos (recientemente adoptaron los motes, tema maldito, tildado de "capitalista", por el cual los equipos apenas empiezan a recibir sobrenombres)
De paso otro país podría salir beneficiado. De momento se habla de una posible incursión de Nicaragua para el clásico caribeño, aunque esto se mantienen aún como proyecto. Si se concreta pasaríamos de 4 a 6 competidores.
Por supuesto hay opiniones encontradas. Mientras unos lo vemos como algo positivo, hay quien señala una serie de desacuerdos frente a la incursión cubana en la fiesta del Caribe. Se menciona que más que beneficiar al beisbol cubano, se estaría ayudando  al régimen imperante en la Isla. Hace 10 años este argumento sería duro, demoledor. Pero hoy en día pudiera ser incluso un parteaguas en la historia de Cuba como nación, la posibilidad de una apertura internacional dosificada, poco traumática. Una transición que ya se viene contemplando en el Partido Comunista desde hace varios años y que puede venir acompañada de libertades ganadas lenta pero constantemente en aquel país.
Por ejemplo, autoridades cubanas dieron permiso al pelotero de 34 años, Michel Enríquez, de participar con los Piratas de Campeche de la Liga Mexicana de beisbol. La importancia de dicho permiso radica en que se trata apenas del segundo beisbolista cubano en recibir esta oportunidad, luego de que Omar “el Niño” Linares pudiera contratarse de manera profesional con los Dragones de Chunichí del 2002 al 2004.
El camino del profesionalismo para los peloteros cubanos es, en la mayoría de los casos, la deserción. Ahí están los casos más recientes de Yasiel Puig, Aroldis Chapman y del propio Yoennis Céspedes, este último con más diamante galopado.
Pocos casos como los de Linares y Enríquez se registran en los últimos años de la pelota revolucionaria. Personajes como Pedro Luis Lazo, Germán y Víctor Mesa, tuvieron primero que retirarse en la Isla y posteriormente solicitar permiso para reincorporarse, pero de manera profesional en otro país.
Cuba tiene en su haber 25 títulos mundiales, 3 olímpicos y un subcampeonato en el Clásico Mundial de 2006. Desde entonces no ganan absolutamente nada. Ellos lo saben y tratan de revertir la situación.
Una quimera entre Revolución y Globalización no parece muy distante en Cuba. No creo siquiera que pase un lustro para que peloteros cubanos puedan aspirar al profesionalismo sin tener que dejar todo atrás. Recientes modificaciones a la ley en la Isla nos hacen pensar positivamente y soñar con seres humanos que puedan desplazarse libremente fuera y dentro de su país.
Los fenómenos deportivos, amigos míos, no dejan de ser fenómenos sociales.
Saludos
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